Sofía se mueve de un lado a otro buscando el cinturón de seguridad. Hala fuertemente una de las tiras y sin querer golpea a su compañero de fila. Rápidamente se disculpa y baja la mirada para evitar conversación. Tenía los ojos color miel y dientes perfectamente blancos.
Procurando no rozarle, saca de su bolso lo que será su lectura aérea: Días de salvajismo, y comienza a acariciarlo, como preparando su aventura. Se siente la presión en los oídos y el cuerpo se pega a la silla. El libro aguarda por ser descubierto, ya caliente luego de tantos mimos. Lo abre clavando la mirada en esos ojos dulces.
- Interesante título traes allí. ¿Quieres aprender a ser salvaje o sólo estás aprendiendo nuevas técnicas?, dijo aquel hombre confiado.
Sofía, desafiando el sonrojado de sus pómulos, se le acercó dejando caer sus días de salvajismo en la entrepierna. Léeme”, susurró.
**Editado.
1 comentario:
Que erótico! jejeje el personaje lleva mi nombre!
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